BIENVENIDO AL CURSO: HERMENÉUTICA BÍBLICA.    La Biblia es un Libro que necesita ser interpretado. Fue escrito en el contexto de culturas e idiomas que no son los nuestros. Sus escritores vivieron en tiempos totalmente distantes al presente y comunicaron el mensaje revelado en una variedad de géneros y estilos literarios. Estos elementos hacen indispensable que el intérprete de la Biblia sea equipado con los instrumentos apropiados para entender y comunicar fielmente las verdades de Dios. Por otro lado, la Biblia es el fundamento de la fe y práctica cristianas. Por esta razón el Apóstol Pablo recomienda a Timoteo, su hijo en la fe: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. Mas evita profanas e vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad. Y su palabra carcomerá como gangrena” (2 Timoteo 2:15-17). Pablo comprendía la importancia de una comunicación fiel de las Escrituras, porque de lo contrario existía el riesgo de llevar a los oyentes a una práctica de la fe alejada de las demandas de Dios. Lo mencionado nos hace recordar que vivimos en una época de crisis en la predicación cristiana. Desde los púlpitos se exponen discursos vacíos de fundamentación bíblica. Las predicaciones son superficiales. Las personas tienen hambre de la Palabra de Dios y no están siendo saciadas. Esta problemática en la predicación se refleja en la salud de la iglesia. Además, las demandas que enfrenta la iglesia en Latinoamérica, debido a los cambios de una sociedad que camina hacia la globalización y consecuente pérdida de su identidad cultural, exigen un esfuerzo mayor del siervo de Dios en lo que respecta al estudio y exposición del mensaje bíblico. Un correcto acercamiento a la Palabra de Dios es fundamental para cambiar esta situación. Un conocimiento apropiado de la tarea hermenéutica, sus principios y métodos proveerá al pastor las herramientas necesarias para su labor de interpretación bíblica, que impactará no solamente en la predicación sino en todas las áreas de su labor pastoral. Por esto, es imperativo que en su formación académica el ministro sea bien equipado para esta labor. Su responsabilidad delante de la Iglesia de Jesucristo exige su completa lealtad y fidelidad a la Palabra de Dios.