Y Dios no ha dicho nada…!
Reflexión de un pastor sobre la Historia del Cristianismo en America Latina.
La historia del Cristianismo en America Latina no puede escribirse acertadamente si no se tiene una comprensión clara de que esta se da en un marco histórico determinante, de modo que una historia de Dios en estas latitudes será igualmente un historia del hombre.
Es el hombre quien con sus acciones determina el curso de
los hechos, independientemente de que esta haciendo
Dios desde la soberanía que le es inherente, mientras que el hombre desde su libre albedrío acciona hacia o en contra de accionar de Dios entre los hombres.
No ha de olvidarse que como afirma el documento Desafíos, el Evangelio ha estado ausente de America Latina, lo que hemos tenido es “la cristiandad” , estableciendo una diferencia con el
Cristianismo.
El titulo por tanto del ensayo se fundamente en la experiencia pastoral de muchos años y la
lectura del accionar de la Iglesia, de la Cristiandad y cuanto personaje que parece
liderar en ámbitos de la religiosidad. El
accionar de muchos lideres de la cristiandad, desde las
Iglesias, se fundamentan en que
“esa es la voluntad de Dios”. Se ha jugado
demasiado con la “voluntad soberana de Dios” y
con los mensajes angelicales que de ello no tienen nada, si no que son “la voluntad del hombre” a su imagen y semejanza.
La gran mayoría de las acciones, actividades, programas, que llevan el slogan de “hacer la voluntad de Dios” o expresando tácitamente que eso es lo que Dios quiere, viéndolos desde el
lente del evangelio y el cristianismo “Dios no ha dicho nada”. Dios no esta allí, Dios no expresa ni avala tales acciones. Un breve análisis de la historia de la Cristiandad
en America Latina nos dará visión adecuada de porque se afirma “Dios no ha dicho nada”.
La Cristiandad en la Época Colonial ingresa a America Latina con el ropaje Español, diríamos el Cristo Español de Makain, con una teología como la de Eusebio en el Siglo
III, justificando las acciones
de Conquista y Colonización. Una mirada breve a la acción de Conquista y Colonización con las opciones únicas de La Cruz o la
Espada, presenta los propósitos de las acciones españoles arropadas con traje de evangelización, Dominio y explotación. Diríamos que la primera
intención era españolizar, después si acaso, cristianizar. El interés económico, político y de poder se disfraza,
pero se manifiesta en las formulaciones y adoctrinamiento a la cristiandad.
La época histórica llamada de Independencias no se libera de los
movimientos de poder, interés económico y de poder,
la cual se enlaza bien con los siguientes movimientos del Cristianismo en America Latina.
La época de independencia debe entenderse como los movimientos de los poderes locales o nacionales por establecerse en completo dominio de los territorios europeos, liberándose, pero privatizando el pode para los poderosos, militares y caudillos.
En la época independiente con el formato de dominio y la estratificación social heredada, la
cristiandad continua en la misma situacion, una
predicación, enseñanza y practica cristiana desde esos
marcos sociales que lo definen.
El ingreso del protestantismo en el
marco de movimientos liberales trae consigo la imagen del Cristo importado, al estilo del Cristo Español, con discurso,
practica y formato extranjero, no permitiendo al Evangelio ser por
si mismo en America Latina.
La independencia de America Latina de los
países Europeos, permite la siguiente dependencia, de Norte America, de
donde se recibe el protestantismo,
contribuyendo la cristiandad así a justificar las acciones políticas de turno.
Desde ese punto de vista, la Iglesia no ha trabajado desde el lado de pueblo si desde el lado de
acuerdos con los gobiernos, con la supuesta actitud de “respetar a las autoridades, porque estas
han sido puestas por Dios”.
Ante esa actitud de “obediencia ciega” la cristiandad adoctrina a sus fiele s bajo la principios pietistas de antimundo, antipolítica, forjados en una teología conservadora, no permitiendo a la Iglesia se por si misma y el surgir de un cristianismo autentico que aun se espera alumbre su luz en una America Latina que sufre sin Cristo.
Una cristiandad personalista e individualista es la expresión clara de los
movimientos por el poder económico, por el
poder en si, situaciones que han definido el cristianismo en America Latina.
A finales del Siglo XX los movimientos de liberación expresados en forma de revoluciones armadas colocaron al cristianismo en un análisis reflexivo y autocrítica seria sobre el papel que ha jugado a través de la historia en America Latina ya que se vio obligada a ubicarse
en un lado de la batalla; hacia el sector de la defensa del poder establecido o hacia el movimiento de revolución. Las dos opciones son contrarias radicalmente, la primera opción es desde el poder, desde la explotación, la segunda opción es desde el pueblo, el pobre, el que sufre.
Habiendo pasado el fervor de aquellos movimientos la Iglesia volvió a un
acomodamiento peligroso, volver a la actitud “complaciente” de los sistemas, ahora expresados en las Mega iglesias, Mega ministerios que se fundamentan en el poder económico, colocando como bandera
de santidad y entrega a Dios la prosperidad económica, siendo ello una enseñanza marcadamente capitalista. Aquello se construye para satisfacción del nuevo Mesías, sobre el sudor de os pobres.
Las expresiones desde los pulpitos ahora son “Dios me ha dicho” “ Dios dice”, y luego se presenta el postulado de prosperidad, abundancia, sanidad y el lanzamiento de campeones de la vida, entendido
desde “estar bien”:
La Cristiandad en America Latina, ha caído siempre en el
mismo abismo: predicar de acuerdo a poderes y principios
de moda, siempre complaciente al
sistema que justifica, algo que no
encontramos en Jesús al mostrarnos una
acción al servicio del pobre, del pueblo, al
alcance de todos, pero desafiando al
poder humano que explota y se sirve de los demás. A El lo encontramos desafiando a los Sacerdotes, los Anas, los
Caifás, los Pilatos, dignificando a los pobres,
prostitutas y ladrones, dignificando el sábado, la
pascua y presentando argumentos de vida al
dar su vida, en la cruz.
La historia del cristianismo en America Latina se ha escrito bajo los poderes de turno, siendo complaciente no con Dios si no con el poder del
momento, y ello ha traído resultados de poca incidencia de la Iglesia en la sociedad latinoamericana.
Bien es recordar en este caso el texto Lucano que dice: “juzgad si
es mejor obedecer a los hombres antes que a Dios”. Acá la respuesta
es que a la Iglesia ha sido preferible “obedecer a los hombres antes que a Dios”:
Ciertamente puede decirse que existe siempre un
remanente, un grupo, hombres fieles que han
encontrado la forma de liberarse de tales poderes humanos y proclamar la esperanza que da el evangelio, pero realmente son expresiones escasas e individuales que son absorbidos por el poder que también se expresa en las estructuras institucionales.
Dios no ha dicho nada, no es que este en silencio, ni porque no le importe la situación de America Latina, si no porque los modernos profetas han suplantado “lo que Dios ha dicho” por lo que ellos expresan como la ultima voluntad de Dios.
Dios no ha dicho nada, no porque no tenga ningún mensaje para America Latina, si no porque la Iglesia se ha estancado en una acción que bien se expresa en la canción de Marcos Vidal :
Que te pasa Iglesia amada que no reacciones,
Solamente te emocionas
Y no acabas de cambiar
Jesús se levanto de la tumba
Y acaso a ti habrá quien te despierte
Ojala el Maestro pueda decir c
Como hace muchos años,
solo duerme no esta muerta…
Otra vez nos encontramos ante los mismo: una cristiandad que no sirve a Dios en la forma pura y pristina de la Mision de Dios si no que sirve desde la forma complaciente de los sistemas humanos, estructuras de poder, fuentes de poder económico para construir el reino de los
hombres y olvidar el establecimiento del Reino
de Dios.
Para recuperar o encausar el cristianismo bíblico se requiere comprender la integralidad de la obra redentora de Cristo, no es una acción estadística, una acción proselitista, es una acción de cambio de Vida, cambio de la
historia.
Hasta hoy la iglesia ha sido victima de la
historia, diríamos no ha escrito su historia por si misma, no ha incidido de frente a la historia como pudiésemos creer muy evangélicamente, al contrario, ha sido afectado por los movimientos.
Bueno es recordar el llamado Paulino a estas alturas del presente ensayo:
Rom 12:2 No vivan
y a según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno,
lo que le es grato, lo que es perfecto.
(Dios habla Hoy 1996)
El cristianismo debe andar en la historia, debe escribir la historia, debe incidir
en la historia del hombre, eso requiere un cambio total d
e paradigmas, una revolución interna al cual invita Pablo: no vivan ya, según los criterios del tiempo presente.
Ahora se escribe una historia, que se escriba una
historia dejando a un lado al slogan de “Dios
dice….” Para justificar intereses humanos, de liderazgo, denominacional o de movimientos de establecimiento del reino de los hombres. Que el
Cristianismo encuentre su razón de ser en America Latina,
establecer el reino de Dios que tiene implicaciones de servicio, redención integral y
renuncia a lo propio.